La atención.
Digamos que es la capacidad que tiene alguien para
entender las cosas o un objetivo, tenerlo en cuenta o en consideración.
Es el mecanismo que controla
y modifica los procesos cognitivos.
Desde el punto de vista de la psicología, la atención
no es un concepto único, sino que lleva consigo una variedad de
fenómenos que en muchos casos actúa de manera inconsciente.
El estar atento no es un comportamiento
únicamente humano.
Al hablar de atención, también tenemos que hablar de la
falta de atención. Se puede decir que se produce por fallos en los mecanismos
de funcionamiento de la atención que produce una falta de adaptación.
En el área de la educación se puede diagnosticar fácilmente: los niños
no se fijan en los detalles, pierden la concentración de forma habitual, sus
cuadernos o exámenes suelen están desordenados y sucios, cambian de actividad
sin acabar la anterior, pierden material escolar y olvidan cosas…
Esos niños suelen pasar por sus compañeros y profesores como
un mal estudiante por la sensación de despreocupación que muestran. Afecta
tanto a sus notas como a su interrelación con los demás compañeros.
Para evitar esto hay que, dentro de un parámetro, controlar
al niño con falta de atención, activarlo mediante situaciones nuevas para él,
no cargar su mente de excesiva información, y sobre todo lo más importante,
motivarlo.
He hecho referencia en el término motivación porque es un
gran pilar en el aspecto de la atención, ya que implica la habilidad de
emprender una tarea y persistir en ella.
Tenemos que tener en cuenta
que puede aumentar o disminuir en cualquier momento, por eso hay que estar
atento en el momento que suceda y actuar rápido, ya que al llegar a un nivel de
falta de atención, costará recuperar el rendimiento deseado.
Hay unos factores
externos que también ayudarán a mantener la atención, y son los siguientes:
Posición: la parte superior y la izquierda captan más nuestra atención.
Color: los estímulos en color captan más nuestra atención que aquellos en blanco y negro.
Intensidad: los estímulos intensos llaman más la atención.
Movimiento: los estímulos en movimiento captan antes y mejor la atención.
Complejidad: los estímulos complejos captan más nuestra atención.
Relevancia: los estímulos relevantes o significativos captan más nuestra atención.
Novedad: es el factor más importante. El carácter novedoso podemos conseguirlo alterando o modificando el tamaño, intensidad, duración, localización, orden, omitiendo la presencia de algo esperado y, sobre todo haciendo que aparezca repentinamente.
Cuando estás realizando un examen en clase y de repente suena un sonido fuerte que no es habitual, al estar en silencio llamará mucho la atención a todos y atenderemos a lo ocurrido.
Ahora hablaremos de los diferentes tipos de atención, son estos: atención externa, atención abierta, atención voluntaria y atención consciente.
Atención externa:
La atención puede ser orientada hacia los objetos y sucesos ambientales externos (externa) o bien hacia nuestro conocimiento, recursos, proporciones y emociones (internas).
En una clase de danza la externa seria escuchar las correcciones del profesor mientras hay un ruido de fondo.
Atención abierta:
Cuando mostramos atención y realmente estamos atendiendo hablamos de atención abierta. Si hacemos como que atendemos; pero realmente no estamos atendiendo, hablamos de atención encubierta.
En clase se está hablando de un tema muy interesante y le prestas toda la atención posible, se trata de atención abierta. Pero cuando están explicando y tu simplemente estas mirando sin atender, tu mente está en otro asunto esto se trata de atención encubierta.
Atención voluntaria
Cuando dirigimos la atención hacía nuestros objetos se pone en marcha la atención voluntaria. Ésta requiere de un gran control y un gran esfuerzo del sujeto por mantener este control.
Cuando estás leyendo muestras atención a la historia que se está contando, seria voluntario.
Atención consciente:
La atención consciente es la que nos damos cuenta que estamos atendiendo.
En nuestra área, hay unas estrategias específicas para
llevar a cabo la enseñanza de la danza.
1.
Reducir distracciones.
3.
Utilizar la práctica imaginada o
visualizaciones. Ayuda a los alumnos a focalizar su atención imaginando siempre
la ejecución correcta.
4.
Utilizar rutinas preparatorias: Parar de hablar,
focalizar los ojos a los ejercicios o correcciones, ensaya la variación
utilizando a tus compañeros o algún video…
Para finalizar este tema, os voy a proponer ver este video,
y que sucede al no estar atento. Así le daremos la importancia que se merece a
la atención. Es divertido y curioso este video, como un juego, no te lo pierdas.
Como
conclusión y reflexión de este tema, enfocado siempre a la danza, puede tener
cuatro pilares básicos, que tres de ellos lo hemos planteado en esta entrada: la
concentración, la motivación, la confianza y control de las presiones.
Comenzando
con la concentración, por experiencia propia, solo lleva a la no realización total
ni de tu trabajo físico ni mental, ya que es algo que va conectado desde que
entras en el aula hasta que acaba el día.
Al
principio de la clase, al menos a mí, siempre me cuesta “arrancar” por eso
siempre me encuentro distraída o hablando con las compañeras. Los profesores
desde pequeñas siempre nos han enseñado que debemos calentar para evitar
lesiones, y ese momento te sirve de pre-concentración antes de empezar la
clase.
Al
paso de los años, he aprendido a que nada mas llegar a clase hay que cambiar el
chip al de “concentración”, porque así desde el primer ejercicio estás pensando
en corregir y sacar el máximo partido de tu trabajo.
Cuando llegas a este punto de
madurez, acabas las clases de otra forma, sales satisfecha y más cansada de lo
normal, pero con la satisfacción de haber hecho todo lo que podías y que has
dado tu 100%, y así, es como se consigue avanzar.
Otro
pilar en nuestro mundo es la motivación, ya que es, para mi punto de vista, el más
importante. Cuando llegas a clase con ganas se nota porque rindes mucho más,
salen pasos que antes no salían y las correcciones fluyen mucho mejor, es algo
que tú y tu profesor notan y lo potencian al máximo.
Por
el contrario, cuando llegas animado a clase, y hay alguien que no ha tenido un
buen día, es imposible que eso no vaya influyendo a los demás. Seguro que si te
encuentras en mi mundo sabes de lo que te hablo. En el momento que un compañero
viene con la moral baja o absolutamente nada motivado, es totalmente fatídico,
porque involuntariamente hace que los demás compañeros vayan copiando esa
actitud, que es lo que no hay que hacer. Imitar esa actitud, es fomentarla, así
que no conviene absolutamente nada. Alguien pesimista y que no es capaz de
cambiar el chip, no podrá avanzar, no por la presión de profesorado o
compañeros, sino por el mismo.
Si
seguimos por el listado toca la confianza, la gran enemiga del bailarín. Un bailarín sin confianza, tendrá un rendimiento
totalmente debajo de su potencial.
La no confianza, equivale a dudas,
pensamientos negativos… De ahí no se puede coger ningún resultado de agrado.
Para ello lo que tenemos que tener claro es que de las equivocaciones, hay que
salir airoso, ya que nos ayudará a ser resolutivos y eso afectará tanto a
nuestro cuerpo con algún paso, como psicológicamente con alguna situación.
Seguro
que alguna vez hemos tenido algún compañero con un nivel de autoconfianza mayor
del que estamos acostumbrados, y si lo tenías habrás observado su nivel de
progreso. Para ello tendremos que crear unas bases sólidas en nuestra
personalidad, y no solo por el tema que he planteado, sino porque en nuestro
mundo, existen las personas destructivas, tanto profesores como propios
compañeros.
Y
para finalizar con este punto no podemos basar nuestra confianza con el no
avance de los compañeros, eso solo te hará ser competitivo. Tienes que avanzar
y confiar en ti sin mirar a nadie, es decir, por tu méritos propios.
Para
finalizar con el tema, queda el control de las presiones. No está incluido en
el tema de atención, pero para acabar los pilares lo voy a explicar para así
concluir.
Existen
bailarines que bailan bajo las frases de: “No
puedo fallar”,” tengo que conseguir ese papel sea como sea”, estas digamos que son presiones internas, pero también
existen las presiones externas como: notas bajas, críticas de tus profesores,
una ovación del público que no esté a tu gusto…
Para
todo esto y lo nombrado anteriormente se necesita tener fortaleza mental, y
estar atento de que no falle en ningún momento, porque en el momento que nos
falle la atención, puede ser en un momento importante y echarlo todo a perder.
En conclusión, son múltiples las estrategias que pueden utilizarse para ejercitar la atención, motivación, confianza, concentración y control de las presiones. Deben ponerse en marcha los aspectos físicos y técnicos, pero no debemos olvidar de entrenar también la MENTE.
Te falta mucha información sobre el tema: fases, factores determinantes, tipos, etc.
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